Una niña de nueve años regresaba a casa desde colegio en un suburbio de Siberia, en Rusia, cuando un hombre, encapuchado, agarró a la pequeña y la arrastró hasta su coche. El agresor ha relatado que la cogió por los hombros y la introdujo en el vehículo en una reconstrucción de cómo intentó secuestrar a la pequeña.

Después bloqueó las puertas, pero un joven lo había visto todo: "La oí gritar y corrí a pedir ayuda a un conductor". Éste ha asegurado que cuando el joven le trasmitió hacia dónde había ido, se dirigieron hacia allí rápidamente.

Cuando llegaron, el agresor de 48 años, dejó a la niña y escapó, pero fue detenido por la Policía horas después. En su historial figuran dos condenas por abuso sexual y ya había sido encarcelado. Ahora se enfrenta a una pena de cinco a 12 años de cárcel. Un abuso frustrado por la rápida actuación de un joven héroe.