La meteorología también puede ser la protagonista del cine pero, ¿cómo se crean los efectos meteorológicos de la gran pantalla?

Los efectos meteorológicos son, aunque parezca mentira, de los que más se realizan en el cine. La culpable es una enorme torre con una boquilla que, abriéndose a 360º, nos permite lanzar el agua o los copos en todas las direcciones.

Uno de ellos es la lluvia: se trata de un efecto necesario, ya que las gotas caen en el suelo y, de hacerse de forma digital, no quedaría bien.

También se utilizan máquinas para efectos especiales que generan copos de nieve en base de espuma: "Con ellas podemos graduar la velocidad del copo y el grosor", tal y como explica Ignacio Miguel, de 'Alucine TV Efectos Especiales'.

También se puede recrear el viento con dos ventiladores eléctricos; es uno de los elementos más básicos, por lo que con a él se le añade algo de humo para poder marcar la dirección.

El último efecto meteorológico es la niebla: con los generadores de humo se hace un velo que tiene un efecto difuminador.