El sector de pilotos de helicóptero en la lucha contra incendios reclaman la llegada de 300 nuevos pilotos para cubrir un relevo generacional necesario en una labor tan importante, especialmente en la época en la que más incendios se sufren.
Es el caso de Víctor, psicólogo de profesión, que aspira a convertirse en piloto de helicóptero con un simulador que imita las condiciones de un vuelo real. Quiere especializarse en la extinción de incendios, un oficio sin paro. "Me parece un trabajo muy bonito con una labor que es esencial", admite.
No obstante, pasar del simulador a la vida real requiere muchísimo entrenamiento previo, ya que estamos ante una operativa "muy peligrosa", como cuenta el jefe de instructores de World Aviation, Pedro Mangas.
Esos 300 pilotos nuevos deberían llegar en un máximo de cinco años, pero este objetivo se ve dificultado por varios factores. El primero es que, para sumar horas de vuelo, el Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas pide que los helicópteros sean tripulados por dos pilotos. Otro obstáculo es la formación, que, además de larga, es costosa, pudiéndose elevar hasta los 80.000 euros.
Así, dicen, su cantera acaba siendo el Ejército. Pero hay más, porque esta labor es tan cotizada que muchos pilotos optan por hacerlo fuera de España, donde gozan de unas mejores condiciones laborales.