"Con gran emoción presento los primeros resultados de las cirugías". De esta manera ha anunciado y explicado en Instagram Carol Fenner, una madre estadounidense, el estado de su hija Luna, de ocho meses, después de que la pequeña tuviera que someterse a la primera de las operaciones de un tratamiento pionero en Rusia.
La razón: Luna nació con una afección cutánea conocida como 'nevo melanocítico congénito', o lo que es lo mismo: una gran mancha en la piel de color oscuro y a veces velludo que se puede ver en algunos bebés al nacer o durante su primer año de vida.
Aunque no está probado, se cree que el 'nevo melanocítico congénito' se debe a un defecto genético que desarrolla el nonato durante su estancia en el útero por el cual sus melanocitos no se extienden de una forma uniforme en su proceso de desarrollo hasta el nacimiento.
En el caso de Luna, este 'defecto genético' provocó la aparición de un lunar gigante que cubría prácticamente toda su cara. Su madre, Carol, que no encontró un tratamiento adecuado para la pequeña en Estados Unidos, habló con un cirujano ruso llamado Pavel Popov, que se puso en contacto con ella una vez conoció el caso para hablarle de un nuevo tratamiento que podría ayudar a Luna.
Carol decidió finalmente viajar de Florida a Krasnodar para someter a la pequeña a la serie de intervenciones quirúrgicas necesarias para retirar esa mancha oscura del rostro, unas intervenciones que, como ha anunciado Carol en redes sociales, acompañando el mensaje de fotos y vídeos sobre el estado de la menor, ya están surtiendo efecto.
En las imágenes se puede observar cómo la considerable mancha que tiene aún Luna se ha reducido en la frente, hasta las cejas, como resultado de la primera operación con injertos de piel. "Todavía tenemos muchas cirugías por delante, pero estamos muy contentos con los resultados, especialmente porque Luna no siente dolor", ha explicado Carol en Instagram.
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