El arma que usó el adolescente que asesinó a toda su familia en Elche es una escopeta Beretta de calibre 12 semiautomática, habitualmente utilizada en la caza menor, a la que su padre era aficionado.
Ese arma tiene capacidad para cinco cartuchos, aunque el progenitor tenía un taco que limitaba a tres los disparos que se pueden hacer seguidos por normativa de caza. Según ha podido saber laSexta, el adolescente declaró ante los investigadores que fue cargando cartucho a cartucho la escopeta porque no sabía cargar de tres en tres.
La escopeta se encontraba en la plana superior de la casa y la llave estaba al alcance del adolescente. Según el relato del menor, la matanza comenzó después de que su madre le abroncara por su actitud: "Me dijo que era un vago, que ya estaba bien y que me iba a quitar la consola. Subí a mi habitación, me puse a pensar y cogí la escopeta".
En total realizó seis disparos: el cuerpo de la madre presentaba dos impactos, el del hermano, uno y el del padre, otros tres. Una secuencia que encaja con el tipo de arma.
"Disparé dos veces a mi madre cuando estaba en la cocina. Un tiro por la espalda y luego la rematé. Mi hermano intentó escapar, pero salí detrás de él y lo cacé antes. Esperé a mi padre cuatro o cinco horas y le disparé al llegar", explicó a los agentes.
Tras cometer el triple crimen, el menor relató a los investigadores que decidió esconder los cuerpos. "Me quedé sin saber qué hacer y decidí llevar los cuerpos al cobertizo".
Más Noticias
Nada que envidiar a los JJOO de París: estos son los campeonatos más divertidos y curiosos de España
Retoman los trabajos de búsqueda de los cuatro desaparecidos del naufragio del 'Argos Georgia'
Los JJOO blindan la salud mental de sus atletas con una nueva herramienta de la IA que impide acoso e insultos en redes
La Ertzaintza desactiva un obús de la Guerra Civil localizado en la playa de Laga (Vizcaya)
Al menos 29 infectados y cuatro hospitalizados por un brote de salmonelosis en un restaurante de Barcelona
El parricida permaneció en la casa tres días junto a los cadáveres haciendo vida normal y hablando con sus amigos. No fue hasta el viernes por la tarde cuando el adolescente confesó los hechos después de que una vecina y una hermana de su madre acudieran a la vivienda por falta de noticias de la familia. Fueron ellas quienes dieron aviso a las autoridades.