Los lagartos han sido la especie de vertebrados más afectada por la erupción del volcán de La Palma. "Sufrieron una especie de colapso desde el principio. Ellos suelen vivir bajo refugios de rocas que se vieron cubiertos por la ceniza volcánica", señala Manuel Nogales, biólogo e investigador del CSIC.

Durante los primeros días, Manuel Nogales y su equipo vieron impotentes cómo se escondían bajo las rocas que acaban sepultadas por la lava. Sin embargo, un mes después, su instinto ha cambiado, y ahora incluso les ven "acercarse a la lava para calentarse".

El proceso de adaptación ha sido especialmente rápido en las aves. Y es que, tal y como ha destacado Manuel Nogales, "son tremendamente resilientes". "Desde que pueden, se adaptan a las nuevas circunstancias y siguen su ciclo biológico lo mejor que pueden", indica.

En este sentido, el biólogo e investigador del CSIC cuenta que les ha sorprendido especialmente el comportamiento de rapaces y búhos. "Probablemente hay unos ultrasonidos que están manejando muy bien para poder seguir viviendo y cazando en las inmediaciones del volcán", afirma al respecto.

En lo referente a la flora, la mayor destrucción se ha producido en las zonas próximas al volcán, donde ha desparecido el 90%. El problema ahora es la capa fina de ceniza que lo cubre todo. "Donde está el problema es en los tres kilómetros más cercanos al cono volcánico porque cuando te alejas y te vas a esos 200 metros en los que trabajamos a lo largo de la colada, la biodiversidad va mucho mejor a medida que llegamos al mar", explica Manuel Nogales.

Pese a que la naturaleza se está viendo muy afectada por el volcán, los expertos aseguran que será capaz de adaptarse a la nueva situación.