Reciben una llamada y en sólo 15 minutos los militares de la UME son capaces de movilizar todo un batallón. La rapidez es fundamental. Cargados con casi 50.000 litros de agua se desplazan a cualquier punto de España porque lo importante es atacar el fuego cuanto antes.

"Intervenimos una vez que nos lo ordena el Ministerio de Defensa a solicitud del Ministerio del Interior cuando así lo pide la comunidad autónoma que necesita que se complementen sus capacidades", comenta Aurelio Soto, oficial de prensa de la UME.

Están especializados en grandes emergencias y catástrofes, desde terremotos hasta inundaciones, pero en verano su prioridad son los incendios forestales.

Desde un vehículo de mando y control ven realmente lo que está pasando sobre el terreno. A través de unas pantallas, pueden ver donde están desplegados los militares de la UME y cómo están apagando el fuego.

Lo hacen desde un punto medio en un radio de entre ocho y 10 kilómetros de distancia. Son más de cinco mil hombres y mujeres procedentes de todos los cuerpos de las fuerzas armadas, desde el ejército de tierra hasta el del aire.

"La mayoría de nosotros hemos participado en misiones en el extranjero, pero el hecho de poder servir en nuestro territorio, en España, es un aliciente que nos impulsa a querer formar parte de la UME", nos confiesa Aurelio Soto. Desde su formación han participado en más de 300 intervenciones.