Francisco Javier Almeida, el presunto asesino del niño de Lardero, se encuentra vigilado las 24 horas del día por un preso de confianza al que solo le separa un cristal. A este delincuente se le está aplicando el protocolo antisuicidios y está cumpliendo una cuarentena siguiendo el protocolo Covid, según fuentes penitenciarias.

Desde su llegada el domingo al centro penitenciario mantiene una actitud correcta y silenciosa y solo ha solicitado mantener un encuentro con un sacerdote. Un comportamiento tranquilo que también recuerda el juez Alfonso Santisteban, que ya sentenció a Almeida en sus anteriores procedimientos.

"Tenía la mirada como vaga y para mí eso significa que está allí como ajeno, como si el procedimiento no fuese con él", ha explicado en una entrevista en Más Vale Tarde.

Funcionarios de prisiones que conocieron a Almeida en la cárcel de El Dueso, donde cumplió la mayor parte de su condena, cuentan que allí llegó a ser un recluso de confianza y colaboraba labores de paquetería. Mientras que el prisión de Logroño, donde regresó este domingo, colaboró en labores de limpieza en la enfermería.

Además de la denuncia formal ante la Guardia Civil el 25 de octubre, la Policía Local reconoce que sí hubo un aviso alertando de un episodio similar, tal y como contaron varias familias el día después del asesinato del niño. La asociación de vecinos del barrio ya estudia personarse como acusación en la causa.