Elpolicía nacional jubilado que se atrincheró junto a su exmujer, Raquel Lorente, en una vivienda de Alzira (Valencia) para después asesinarla, habría amenazado de muerte también a uno de los hijos de la víctima.
Él presenció toda la tragedia. El agresor, a punta de pistola, obligó a primero Raquel a bajar al garaje y a su hijo a abandonar la vivienda.
Según ha detallado la alcaldesa de Carcaixent, de dónde era originaria la víctima, el asesino machista habría amenazado al hijo de Raquel: "'Te voy a matar si no te vas', le dijo, y lo empujó y cerró la puerta". El hijo quedó entonces al otro lado de la puerta del chalet, desde donde presenció todo.
Al poco, se oyeron los disparos. Un desenlace fatal por el que este jueves familiares y amigos lloran su pérdida.
Como explican las amigas de la víctima, el asesino planeó esta trampa mortal: la mujer acudió al domicilio a por sus últimas pertenencias tras 12 años de matrimonio. Ellas cuentan que el policía era una persona muy agresiva, que funcionaba por impulsos, que primero hacía las cosas y después pedía perdón.
Fuera de la vivienda se instaló un dispositivo policial que duró más de ocho horas. Según fuentes de la Policía, en casos como el de Alzira lo más importante es preservar la vida de la víctima.
Por ello, el contacto con el agresor debe ser gradual para evitar represalias contra los rehenes, algo que en esta ocasión no fue posible.
Con las investigaciones aún abiertas, esta podría ser la víctima número 40 de la violencia machista en nuestro país este 2023.
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