El domingo se vivió una dura batalla campal en Toledo que acabó con cuatro agentes de la Policía heridos. Todo comenzó cuando los agentes registraron la casa del presunto asesino de un chico de 31 años. Fue ahí cuando se corrió la voz y decenas de personas llegaron a la zona con el objetivo de linchar al detenido.

Una vecina cuenta que el fin era "matarle", "hacerle lo mismo" que él habría hecho al otro joven. Ante la cantidad de gente que se presentó allí, agentes antidisturbios llegaron como refuerzos, encontrando una turba que comenzó a tirar objetos a los agentes.

Cuando lograron sacar al acusado de su casa, tuvieron que salir corriendo al coche policial, protegiendo al detenido. "¡Asesino! ¡Has matado a mi sobrino!", gritaba una de las asistentes.

El barrio muestra hoy un aspecto mucho más calmado, con los restos de una batalla campal que tuvo como trasfondo el asesinato de Xavi en la madrugada del domingo. El joven detenido permanece en jefatura a la espera de pasar a disposición judicial.