Abrazos que intentan dar consuelo a la madre de Sandra Parks, la menor de 13 años muerta por la violencia contra la que luchaba: la de las armas. "Lo era todo. Ella era todo lo que este mundo no es", comenta la madre de la joven.

Una niña generosa, pacífica y brillante que vio su vida truncada por una bala perdida. Entró por la ventana de su habitación y la alcanzó mientras veía la televisión. Llegó incluso a salir y a contar a su familia lo que había sucedido antes de morir. "No me creo que mi ángel se haya ido", explica la mujer.

Hace dos años Sandra denunció en un ensayo el daño y el dolor que causan las armas: "A veces me siento y tengo que escapar de lo que veo y escucho cada día. Nos encontramos en un estado de caos. Niños pequeños son víctimas de la violencia sin sentido de las armas".

Palabras por las que ganó un premio y el reconocimiento de su comunidad. Fue entrevistada en la radio local. "Me gustaría parar toda la violencia y negatividad en la que vivimos", aseguraba Sandra Parks.

Dos hombres han sido detenidos por la muerte de la adolescente. Uno de ellos disparó hasta cuatro veces un rifle automático en las cercanías del domicilio de los Park. La Policía investiga ahora si fue algo deliberado.

A un precio muy alto e innecesario, Sandra se ha convertido en un símbolo contra la sinrazón de la violencia de las armas. Una vida segada antes de tiempo que deja a todos sus seres queridos devastados.