En una carta publicada el 22 de enero de 2017 en la web del Arzobispado, Fidel Herráez, el arzobispo de Burgos, defiende y pide que las víctimas de violación se resistan hasta la muerte para "defender la castidad" y la fe. Estas palabras, así como la carta, forman parte de una serie de documentos elaborados por el arzobispo de Burgos dedicados a la causa para beatificar a Marta Obregón, una joven asesinada en 1992 por Pedro Luis Gallego, el 'violador del ascensor'.

Gallego fue condenado por 18 violaciones y dos asesinatos, pero la doctrina Parot lo dejó en libertad en 2013. Cuatro años después volvió a ser detenido por volver a violar a chicas de una forma diferente, pero no menos cruel: raptaba a chicas que se encontraban Hospital La Paz, en Madrid,las trasladaba a su casa de Segovia y las violaba. Un curriculum delictivo por el que la Fiscalía pide para Gallego 96 años de prisión.

La historia de Marta Obregón, una chica de 22 años que fue raptada, violada y asesinada a puñaladas por Luis Gallego el 21 de enero de 1992, ha sido la que ha llevado a Herráez a pedir a las víctimas de agresiones sexuales que defiendan su castidad hasta la muerte.

En la web se puede leer: "Obregón, por luchar por 'su castidad', fue fuertemente golpeada en la parte izquierda de la cara, con roces en las rodillas, presión de los dedos en la pierna, con diversas contusiones, hematomas, erosiones, herida de corte en un dedo de la mano derecha, fuertes presiones con las manos en el cuello y, sobre todo, 14 heridas de arma blanca en la parte izquierda del pecho, una de ellas atraviesa el pulmón y otra penetra en el centro del corazón. Varias veces repite el informe forense y la sentencia que eso sucedió por intentar evadir la agresión".

"Marta también es un estímulo para vivir todas las virtudes cristianas que ella fue descubriendo: la alegría, el servicio, la entrega… Pero, en especial, la grandeza de la castidad, como se hace visible cuando resiste y lucha hasta morir asesinada por defenderla. Una virtud hoy poco valorada, que nos ayuda a orientar el amor y la entrega hacia su plenitud y belleza más singular", dice el arzobispo en su carta.

De esta manera, ensalza el valor de una víctima de una violación que se defendió hasta la muerte. El arzobispo escribió estas palabras en una carta en 2017, pero ahora ha remitido toda la documentación al papa pidiendo la beatificación de la joven.