De la vacuna experimental contra el cáncer de páncreas dicen que es "prometedora". Y eso, desde la prudencia, es lo mejor que se puede decir de una vacuna que acaba de presentar los primeros resultados de un ensayo clínico. Porque este cáncer es el más letal, agresivo, veloz, difícil de detectar. Uno de los que cuando se manifiesta es porque ya es demasiado tarde. Pero pincha en esta noticia de laSexta Noticias si lo que quieres oír son palabras esperanzadoras: como las de Marta Puyol, directora científica de la Asociación Española Contra el Cáncer, que está entusiasmada. Porque esta vacuna experimental contra el cáncer de páncreasha conseguido activar el sistema inmune de la mitad de los pacientes del ensayo clínico, al combinarla con quimioterapia, cirugía, y un tipo de inmunoterapia.

Pero el entusiasmo de la directora científica de la Asociación Española Contra el Cáncer no es solo por esta vacuna. Habla de un boom de aplicaciones terapéuticas para distintos tipos de cáncer. Comola que en abril presentó Juan Carlos Gil, Director General de Moderna. Dijo: "Estamos en la puerta de una nueva era". Y puso fecha a la primera vacuna efectiva contra el cáncer: 2030. Él se refiere a una vacuna que consiguió una reducción del 44% en la tasa de recurrencia del melanoma y de mortalidad asociada. Y que será aplicable a otros tipos de cáncer.

Pero también hace unos días el Hospital Virgen Macarena de Sevilla anunció que pondrá a una paciente española la primera vacuna para cáncer de pulmón. Es el tercero más frecuente en hombres y mujeres, así como la primera causa de muerte por esta enfermedad. El hospital sevillano tiene un servicio de oncología médica que ya cuenta con la innovadora técnica mediante el ARN mensajero.

Y aprovechar la tecnología de este ARN mensajero, desarrollada en la lucha contra el coronavirus, es lo que tienen en común estas recientes vacunas. Pero que no son preventivas, sino aplicables a quienes ya han desarrollado la enfermedad, para que no vuelvan a tenerla. La mayoría de ellas provocan que el sistema inmunitario de la persona ataque a las células cancerosas. Para ayudar en su tratamiento, combinándolo con otras terapias, y evitar que regrese. Se diferencian de las vacunas que funcionan contra los virus en que, en lugar de prevenir la enfermedad, buscan que el sistema inmunitario ataque a la enfermedad que ya existe.

En los próximos años, vamos a empezar a ver en tumores de alta mortalidad en los que no conocemos demasiados tratamientos eficaces, como el de páncreas o pulmón, un incremento de la tasa de supervivencia. Porque el objetivo de esta década es cambiar la tasa de supervivencia del cáncer, actualmente del 60%. Y no se hace solo, sino invirtiendo en investigación para que en un futuro el cáncer sea una enfermedad crónica con la que podamos vivir.