Fernando sufrió abusos sexuales a los 14 años por parte de un cura de su colegio, en Madrid. En la archidiócesis escucharon su caso y las consecuencias que ha supuesto para él.

"Es la destrucción de la inocencia, una ruptura total de la conexión entre el amor y la sexualidad, una pérdida de confianza en los superiores, incluso en tus padres, y una sensación de estar haciendo algo mal y de culpabilidad", relata.

Aunque a él le parece positivo el trabajo que hace la archidiócesis madrileña de detección de casos de abusos, considera que no es suficiente: "Ha tomado una actitud complaciente", critica Fernando, que reclama que "las órdenes religiosas pidan disculpas, publiquen los nombres" de los agresores y que las víctimas sean "valoradas" e "indemnizadas".

La archidiócesis madrileña cuenta con un servicio denominado 'Repara' a través del cual atiende estos casos. En el último año, ha contabilizado un total de 10 denuncias: dos contra dos sacerdotes que habrían agredido a dos adultos y otra contra un cura acusado de pederastia, aunque en este caso de otra diócesis.

Además, el servicio también tiene registrados siete casos más cometidos por otros religiosos: cuatro de ellos abusaron de menores y tres de personas adultas.

El coordinador de 'Repara', Miguel García-Barí, señala que las víctimas "rara vez vienen con la pretensión de una acusación jurídica, sino simplemente restablecerse ellas e impedir que el abusador siga abusando". En todos estos casos de pederastia, las víctimas denunciaron siendo ya adultas.