El autor de la foto explicó en una entrevista en el programa La Ventana, de Cadena SER, que estaba en Jerusalén de turismo con dos amigas cuando vio a los dos jóvenes intentando hacerse un selfie para capturar el momento.

El fotógrafo intentó captar la escena pero cuando los dos jóvenes advirtieron de la presencia del fotógrafo, éste se aproximó a ellos y se ofreció para hacerles la foto. Matteo y Riccardo aceptaron y se besaron delante de él para conseguir la imagen que está dando la vuelta al mundo.

En declaraciones a medios italianos, los jóvenes hablaron de las agresiones homófobas de las que fueron víctimas durante su viaje en Jerusalén y que la idea de hacerse la foto era una manera de combatir la intolerancia y el conflicto entre judíos y palestinos.