Gwendolen Patricia Crow falleció en el 2000 por un accidente de tráfico. No obstante, casi dos décadas después sus resto serán exhumado ya que era atea y fue enterrada en el cementerio de una iglesia cristiana de Surrey, en Reino Unido, según recoge 'The Telegraph'.

El Tribunal Consistorial de la Iglesia de Inglaterra ha concedido de manera "excepcional" permiso a la familia exhumar y cremar sus restos debido a un "error fundamental".

Según ha relatado el juez, los familiares de Gwendolen estaban en estado de shock tras su muerte y fue un amigo de ellos, cristiano practicante, quien organizó el funeral sin tener en cuenta sus preferncia religiosas pero "con las mejores intenciones".

Sus hijas han argumentado ahora que no consideran "que este sea un lugar adecuado para honrar la memoria de esta mujer".

Al conocer los deseos de la familia, que demostró que Gwendolen Patricia siempre había sido atea, el juez ha aprobado su exhumación.

"Para una familia de ateos concienzudos, el entierro cristiano no era la elección correcta. Las hijas se han esforzado mucho para honrar y dar sentido a la memoria de su madre a través de su tumba, pero llegaron a un punto en el que lo que debería proporcionar algo de consuelo estaba haciendo lo contrario", concluye en la sentencia.