Rocío y Noelia son dos víctimas de la violencia machista. Ellas ahora tienen la ayuda de Raquel, otra mujer víctima de la violencia machista que ahora es voluntaria de Cruz Roja.

Las tres han sentido miedo y culpa muchas veces en su vida. Sin mostrar su rostro, se han atrevido a contar cómo el miedo las ha paralizado en numerosas ocasiones. Según ha explicado Noelia, su marido quería matar a su familia: "Nos quería tirar por la ventana".

Situaciones extremas que, tal y como vivió Raquel Martí y hoy en día puede apreciar en las mujeres a las que ayuda, genera "rabia, impotencia, tristeza, vergüenza y culpa".

Sin embargo, gracias a acciones como la de Raquel Martín se encuentran a salvo, con víctimas ayudan a otras víctimas. Y es que, según la voluntaria, la lección de vida que sufrió "tiene que servir para algo".

Allí, mujeres unidas tratan de salir de la espiral de violencia machista. Omayra Serrano, presidenta de Cruz Roja Castellón, afirma que el mensaje es un 'sí se puede': "Yo he podido y estoy aquí contigo".

Rocío denunció hace año y medio. La situación era insostenible. "Tienes que hacer lo que ellos quieren, vestirte como ellos quieren... cuando haces algo que no les gusta ya era puta o eres una fresca que va buscando sexo que va enseñando las tetas...", ha aseverado.

Noelia se separó hace años. En su casa todo lo que implicaba alegría estaba prohibido: "Reírse, ver la tele, no podíamos hablar, mis hijos no podían correr de un lado para otro... era como una esclavitud", ha explicado.

En el refugio les dan ayuda psicológica o para encontrar empleo, además de ofrecerles acompañamiento en momentos difíciles, como ir a los juzgados. Por eso, el mensaje en este Día Internacional contra la Violencia Machista es claro: el camino no es fácil, pero se sale.