Insisten en la complejidad del rescate y en que no han parado, pero han surgido complicaciones. Admiten que hasta dentro de 48 horas, como mínimo, no lo van a conseguir.

La opción más viable en la que trabajan es en la creación de dos túneles paralelos verticales, uno más de lo previsto inicialmente. Para eso están excavando ahora mismo 30 metros de profundidad.

La plataforma esperan terminarla este jueves. "Es necesario para poder proceder a la perforación mañana por la mañana", explica Ángel García Vidal, del Colegio de Ingenieros de Caminos de Málaga.

Luego tendrán que meter la tuneladora y traspasar la altura del tapón para luego poder llegar hasta el niño. "Para que los mineros puedan apuntalar y hacer una galería para acercarse al sitio", explica Juan López, delegado del Colegio de Ingenieros de Minas.

No se pierden las esperanzas de encontrar a Julen con vida. Creen que incluso en cuevas selladas hay aire, y si el tapón del pozo está formado por piedra suelta podría haber más opciones.

"Cuando se amontonan de manera accidental generan huecos entre ellas y por esos huecos es posible que circule el aire", señala José Antonio Berrocal, espeleólogo.

Mientras tanto continúan las muestras de apoyo, los voluntarios de protección civil reparten café y se cuelgan carteles de ánimo para el pequeño.

El hallazgo de un pelo de Julen, al que se le practicó una prueba de ADN y que se cotejó con el de los familiares, fue el principal avance de la jornada del miércoles de búsqueda del niño de 2 años que cayó el pasado domingo a un pozo en Totalán (Málaga).

Este hallazgo de restos biológicos de Julen afianza los trabajos de extracción, ya que hay "evidencia científica de que el menor está allí", afirmó la subdelegada del Gobierno en Málaga, María Gámez.

El padre de Julen, José Roselló, aseguró a los periodistas que, aunque están rotos por la situación, él y su mujer tienen la "esperanza" de que cuentan con "un ángel" que va a ayudar a que su hijo "salga vivo".

Roselló explicó que tanto él como su esposa, Victoria -que perdieron a su otro hijo, Óliver, en 2017 cuando Julen era un bebé- se encuentran "muertos" debido a la espera de noticias después de tres días de búsqueda que parecen "meses", aunque les da fuerza saber que van a encontrarlo "con vida".