Los apicultores españoles están preocupados. La muerte masiva de abejas es cada vez más frecuentes. "Prácticamente el 50% de la población adulta de esas colmenas, es decir, unas 5.000 abejas, murieron en una semana", cuenta Enrique Simó, de la Agrupación Apícola Apiads. Encuentran cajas llenas de abejas muertas y colmenas prácticamente sin actividad.
Greenpeace denuncia que el uso de plaguicidas durante la floración de árboles frutales y cítricos está causando envenenamientos constantes. "Esta situación se repite año tras año de una forma totalmente oculta, sin que se consiga poner un freno decisivo a esta situación" se lamenta Luís Ferreirim, portavoz de Greenpeace
El descenso del número de abejas no sólo afecta a la producción de miel; el problema afecta a todo el ecosistema. "La abeja nos está enviando un mensaje de alerta, nos está diciendo que por este camino el homo está dejando de ser sapiens", comenta Enrique Simó.
Fomentar la agricultura ecológica y el uso de productos agrícolas menos nocivos son, según Greeenpeace, medidas urgentes para frenar estas muertes masivas.