Su hermana pide reabrir el caso y estudiar nuevas pruebas. "Ha aparecido un testimonio que puede ser de la última persona que vio con vida a Déborah", afirma su hermana Rosa Fernández.

Déborah desapareció el 30 abril de 2002. Salió a correr por la playa. Diez días después su cuerpo apareció en una cuneta a 40 kilómetros. El cuerpo de Déborah, de 22 años, estaba perfectamente colocado. Algo crucial para el comisario que dirigió aquella investigación.

"Parecía una escena de teatro, colocada y con sus partes íntimas cubiertas por hojas", explica Ángel Galán, comisario que dirigió la investigación.

La autopsia reveló que Déborah falleció horas después de desaparecer y que en aquel momento estaba vestida. Su familia y el comisario creen que alguien la colocó allí y recreó la escena de una agresión sexual.

Su hermana cree la investigación del caso, archivado por falta de pruebas en 2010, ahora tomaría otros matices. "La realidad tecnológica de hace 17 años y la de ahora no tienen nada que ver. Si hay algo que permita arrojar luz, que lo empleen". Por eso dice no va rendirse hasta que haya Justicia para Déborah.