Las gélidas temperaturas del invierno pueden hacer necesario encender la calefacción en casa, pero ¿cómo hacerlo de forma eficiente para ahorrar energía (y dinero) sin pasar frío? ¿A qué temperatura la ponemos? ¿Es mejor dejarla encendida a baja temperatura o apagarla por completo de noche?

El Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) recoge varios consejos a este respecto en su página web, donde sostiene que una temperatura de 19 grados es suficiente para mantener el confort de la vivienda.

¿Cuándo ponerla y cuándo apagarla? La citada entidad recomienda ajustar el encendido de la calefacción al horario en que realmente estemos en casa y apagarla para dormir por la noche, esperando a ventilar y cerrar las ventanas antes de volver a encenderla por la mañana.

No obstante, matiza que se podría dejar encendida por la noche con el termostato entre 15 y 17 grados si la casa está muy mal aislada y pierde mucho calor por la noche. Como norma, sin embargo, la web del IDAE apunta que apagarla por la noche y encenderla unos minutos al levantarse es mucho mas eficiente que dejarla encendida toda la noche.

De forma similar, el organismo aconseja reducir el termostato a 15 grados si nos ausentamos de casa por unas horas y, en lo que respecta a la ventilación, advierte de que para ventilar una habitación es suficiente con abrir las ventanas unos 10 minutos para renovar el aire.

El IDAE incluye entre sus recomendaciones instalar válvulas termostáticas o termostatos programables para ahorrar energía e incide en la necesidad de llevar a cabo un mantenimiento adecuado de la caldera y purgar los radiadores una vez al año al comenzar la temporada de calefacción. De igual modo, apunta a la necesidad de no cubrirlos ni obstaculizarlos con otros objetos y aconseja cerrar cortinas y persianas de noche para que no se fugue el calor y evitar el frío desde los cristales de las ventanas.