Aya tiene 12 años y una enfermedad intestinal crónica. Cuando empezó a colgar su situación de intervenciones e ingresos hospitalarios en su perfil de Instagram, para normalizarla, no imaginó que la respuesta que recibiría serían insultos y acoso continuo.

Comentarios como "enferma", "anoréxica" o "no vales para nada" son los que recibe la menor desde hace unas semanas en publicaciones en las que ella cuenta cómo es su día a día, incluidos los días en el hospital. Cada foto recibe un aluvión de insultos desde una misma cuenta.

Las redes sociales favorecen que el contexto de acoso se prolongue más allá de la actividad escolar y según el Ministerio de Derechos Sociales, el 5% de los menores en edad escolar sufren ciberacoso.

El psicólogo y terapeuta familiar, Ramón Almirall, explica que en las redes es mucho más difícil cortar este tipo de actuaciones que en muchos casos se producen desde el anonimato. Por eso, la prevención, la educación en el respeto y el apoyo de las familias son claves para paliar sus efectos.

Y así es cómo lo ha hecho Aya, quien sin dudarlo le ha contado a su madre por lo que estaba pasando. Los expertos consideran que lo mejor para ayudar a los menores acosados es escucharles pacientemente, aportarles tranquilidad sin presionarles, y actuar muy rápidamente.

Ahora la pequeña solo quiere poder seguir disfrutando de sus hobbies y, con la complicidad de su madre, que no suponga un sufrimiento añadido al de su enfermedad.