Hace un año, el 6 de febrero de 2020, se producía el derrumbe de miles de toneladas de residuos industriales del vertedero de Zaldibar (Bizkaia) que dejaba a dos trabajadores sepultados bajo los escombros.

Un año después, solo se ha encontrado uno de los cuerpos, el de Alberto Sololuze. Hasta el momento, no se ha podido encontrar el de Joaquín Beltrán, el otro trabajador.

Cuando se cumple un año de este trágico suceso, los ayuntamientos de la zona, los vecinos de la comarca y diferentes grupos sociales y ecologistas piden que se selle el vertedero cuando finalicen los trabajos de búsqueda del operario desaparecido, depurando después responsabilidades por el accidente.

Y es que si algo ha marcado este año han sido las movilizaciones reclamando recursos y responsabilidades en una investigación judicial abierta en la que tres responsables de la empresa figuran como investigados.

Una semana después de los hechos, se detectaron dioxinas en el aire en proporciones 40 veces superiores a los normales, originadas en los fuegos surgidos en el vertedero por el deslizamiento, lo que llevó a cerrar ventanas y a pedir no hacer deporte en el exterior, incluyéndose la suspensión del Eibar-Real Sociedad.

Este sábado, esta prevista una concentración en memoria de Joaquín Beltrán en su localidad de origen, Zalla. El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha insistido en que va a exigir "todas las responsabilidades" en un caso que conmocionó a Euskadi y que, un año después, sigue buscando hacer justicia.