Los familiares y allegados de los desaparecidos en elVilla de Pitanxo, que naufragó ayer en las aguas de Terranova (Canadá), denuncian falta de información sobre sus seres queridos.
"No había malas condiciones porque si las hay, lo escucho. Conozco el sonido". Quien habla es la esposa de Jonathan Calderón, marinero de 39 años que llevaba los últimos 13 a bordo del pesquero. Ella dice que había quedado en volver a hablar con su marido a la una del mismo día, pero que nunca recibió la llamada.
Tampoco el marido de Aura, Martín Quintano, habló de mala mar cuando habló con su mujer la noche del lunes, sobre las once. "Mal tiempo, pero eso era lo normal", dice. "Nadie nos da información", denuncia. Por eso ha acudido a la sede del armador, para intentar saber algo más de su marido.
"Venimos a ver si nos dan alguna noticia", dicen los seres queridos de otro de los desaparecidos. Muchos se rompen al preguntarles. "Nos ha cogido desprevenidos".
Kevin, hijo del marinero Fernando González, reclama más información. Su padre era muy querido en Moaña y estaba muy vinculado al mar desde joven, aunque esa era su primera vez en Terranova. "Aún no lo asimilo. En casa lo están pasando bastante mal por la incertidumbre".
Porque aún no se sabe quiénes son los desaparecidos y quiénes los cadáveres rescatados, aunque todos se temen lo peor.
Algunos esperan recibir noticias como las de la familia de Juan Padín y Eduardo Rial, tío y sobrino, dos de los tres supervivientes confirmados. "Solo puedo decir gracias a dios tengo a mi hijo vivo", dice la madre de uno de ellos.