El buque oceanográfico 'Ángeles Alvariño' ha localizado en el fondo del mar dos pequeñas botellas de oxígeno que son de Tomás Gimeno, el padre de Anna y Olivia. Estas botellas darían una autonomía de apenas tres minutos cada una.

Se trata de un hallazgo que se produjo hace días, según fuentes de la investigación a laSexta, y que trasciende ahora. Sin embargo, esto refuerza la creencia de que el buque y la Guardia Civil están buscando en el sitio correcto. La investigación sigue centrada en encontrar el cinturón de buceo de Gimeno. Creen que cada vez están más cerca de dar con él y tal vez con el cuerpo de Gimeno.

Y es que, estos últimos objetos han sido localizados a una profundidad de más de 1.500 metros, en el punto en el que se pierde la señal de móvil de Gimeno el pasado 28 de abril, precisamente en el mismo punto en el que estaban buscando los últimos días, a 5 o 6 millas de la costa. Un hallazgo que da aire a la investigación y a la tripulación del 'Ángeles Alvariño' que está deseando, según ha podido saber laSexta, retomar el rastreo.

Lo que no sabemos ahora es si el padre de Anna y Olivia utilizó estas pequeñas botellas para ayudarse a sumergirse y llegar a un punto de no retorno o si las arrojó antes de lanzarse al mar.

Ahora mismo el 'Ángeles Alvariño', que esta mañana había iniciado maniobras para abandonar puerto y retomar la búsqueda de Anna y Tomás Gimeno, ha tenido que atracar en el dique este. Tras recorrer dos millas, han detectado problemas en la maquinaria y se han visto obligados a entras de nuevo al puerto. Por el momento se desconoce el tiempo que tardaran en solucionar este nuevo contratiempo.

Después de varios días atracado en puerto por las malas condiciones meteorológicas, el buque había zarpado para retomar la búsqueda de Anna y su padre Tomás Gimeno, desaparecidos el 27 de abril, en aguas de Tenerife. Sin una fecha fijada para que el 'Ángeles Alvariño' abandone este caso que ha conmocionado a toda la sociedad, está previsto que cuando finalmente pueda retomar sus trabajos, rastree nuevas zonas marcadas por la Guardia Civil.

Este buque, que está equipado con un sonar de barrido lateral y un robot no tripulado con capacidad de operar hasta los 2.000 metros de profundidad, localizó y recuperó el cadáver de la mayor de las niñas, Olivia. Días antes de ese hallazgo fue localizada una bombona de buceo y unas fundas nórdicas que resultaron determinantes para afinar las labores de búsqueda.