Kocharik Tsamouzian, una mujer de 87 años, viajaba desde Los Ángeles a Londres, cuando su vuelo sufrió un retraso. Al poco de ponerse en marcha la aeronave, la anciana se dio cuenta de que necesitaba ir al servicio pero el personal de cabina se lo impidió.

Los miembros de la tripulación alegaron que por motivos de seguridad debía permanecer sentada durante el despegue, pero lo que no sabía la mujer es que se retrasaría durante más de una hora.

Tras la insistencia de la anciana una azafata le bloqueó la salida al pasillo lo que provocó las lágrimas de la señora que impotente ante la situación, rompió a llorar.

Tras los 90 minutos que se retrasó el despegue, la mujer ya había mojado la ropa y no necesitaba ir al baño. Tsamouzian tuvo que pasar las 13 horas que duró el viaje con toda la ropa mojada, ya que en el equipaje de mano no lleva nada para poder cambiarse.

La hija de Tsamouzian, Aida Behroozi, declaró que su madre a la llegada al aeropuerto de Heathrow "estaba temblando de rabia" y añadió que su madre "le preguntó a la azafata una y otra vez si podía ir al servicio, pero insistieron en que no era posible por razones de seguridad.

Tras las críticas de la familias, la compañía British Airways le ofreció 40 libras, unos 46 euros, como compensación por la situación, pero la familia rechazó el dinero alegando que era un 'insulto' y añadiendo que: "No aceptaría ni 4.000 libras, lo que queremos es una disculpa".

La línea aérea se ha defendido de las criticas alegando que "la seguridad de nuestros clientes es siempre nuestra máxima prioridad" y añaden: "Nuestra tripulación de cabina altamente experimentada siempre trabaja para que nuestros clientes estén lo más cómodos posible, pero las normas de seguridad de la Autoridad de Aviación Civil estipulan que todos deben permanecer sentados con su cinturón de seguridad después de que el avión haya comenzado a moverse".

La madre y la hija han declarado que no volverán a utilizar British Airways para ningún viaje después de la avergonzarte situación vivida.