Gracias a una pegatina, desde la calle se puede saber cuándo un establecimiento es un lugar amigo de la lactancia materna. "Nos dejan a las mamás que queremos dar pecho la oportunidad de darlo tranquilamente sin tener la obligación de consumir", explica Paula Angulo. Esta mamá lactante destaca que "se puede estar a gusto, sentada, tranquila, fresquitas en verano y calentitas en invierno" gracias a este método.

Floristerías, panaderías y hasta farmacias, 50 comercios y espacios públicos se han unido a esta iniciativa con la idea de expandirlo por toda la ciudad de Valencia. La asociación Amamanta y la plataforma del barrio de Russafa buscan así normalizar la lactancia materna.

"La sociedad no es comprensible con la lactancia materna. Estamos buscando que este entramado social favorezca el que las madres puedan amamantar libremente en cualquier establecimiento", explica Pilar Abad, portavoz de la Asociación Amamanta.

La tienda de Eva Jorge es un ejemplo de ello, empezó con un banco en la calle para sentarse y dar el pecho y, ahora, tiene dentro un espacio para las mamás más tímidas. "Hay bebés que con el ruido o con estímulos no se enganchan bien a la teta y decidimos crearles esta burbujita", explica Eva.

Carmen Marlene, mamá lactante, declara que "hacen falta mucho más lugares así": "Nos vendrían muy bien". Porque, dicen, aún hay que expandir algo tan ancestral como dar de mamar.