En el Centro de Salud Abrantes, en Madrid, se encontraron una rata en una consulta comunicada con la sala de contenedores de material biológico que sólo se vacían una vez por semana.

En una sala de pediatría de otro centro de Fuenlabrada, encontraron contenedores llenos de material biológico sobre una nevera de vacunación. Y a su alrededor, papeleras rebosantes de basura.

Estos son algunos de los problemas de limpieza que sufren una veintena de ambulatorios madrileños, desde que en mayo la Consejería de Sanidad adjudicara la limpieza a Ferroser, filial de Ferreovial, ahorrándose 18 millones de euros.

Un ahorro que se traducen, según la Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid, en menos trabajadores y una reducción, en algunos casos del 70%, de las horas de trabajo.

Los limpiadores deben hace en tres horas lo que antes hacían en diez, lo que califican de imposible. "Desde las diez de la mañana hasta las ocho de la tarde no hay nadie para limpiar. Durante todo ese tiempo, si vomita un niño  no existe limpiador", se queja Reyes Hernández, Secretaria del Sector de Atención Primaria AMYTS.

En esas situaciones, hay unos teléfonos de emergencia a los que llamar. "En todos los sitios nos han dicho que tardan dos horas en llegar", dice. En ocasiones puntuales son los médicos y enfermeras quienes tienen que limpiar con papel de celulosa sus propias consultas.

Desde la Consejería de Sanidad afirman que ya trabajan en resolver estos problemas, aunque AMYTS asegura que se lo comunicaron hace tres semanas y aún no han visto ninguna mejora.