Al alivio de saber que
Morate ha sido condenado se le suma una sensación de tristeza y mucha frustración. "Me gustaría verle a la cara, mirarle a los ojos
y decirle que sufra, que sufra hasta el último día de su vida", asegura Alina
Okarinska, que señala que "entrar en la sala donde está él ha sido muy duro y
muy fuerte porque tienes este sentimiento de gritar, de chillar".
Ha quedado demostrado
que Morate lo tenía todo perfectamente planeado. Previamente compró bolsas de
plástico industriales, cinta americana, bridas y dos sacos de cal viva.
Encontraron su ADN en un garrafa muy cerca del lugar donde encontraron a Laura
y Marina semienterradas en cal viva.
Los posicionamientos del
teléfono móvil también le incriminan, estuvo en su casa a la hora que han
determinado que han muerto las dos jóvenes. Luego les sitúan en Palomera donde
las enterró, y por último en plena huida a Rumanía.