Estos días se escribe el futuro de muchos jóvenes, que están conociendo las notas de la Evaluación para el Acceso a la Universidad (EvAu). De ellas dependerá que puedan estudiar, o no, lo que tenían en mente. Y en este momento tan crítico, ¿qué es mejor, leer uno mismo las notas, o que te las lean?

Para los que deciden que los mensajeros sean sus padres, hermanos, familiares o amigos, la respuesta está clara. Y les haya ido bien, o no, algunos no tienen reparo en publicar esos vídeos en las redes sociales, para inmortalizarlo.

En todos encontramos el mismo modus operandi. El encargado de darles la buena, o la mala noticia, les pide que se aventuren a apostar qué nota van a sacar en cada asignatura y, acto seguido se la cuentan. Hay alegrías, llantos y, en general, mucha empatía por parte de los encargados de la porra, las felicitaciones y los "pésames".

Muchos se graban con amigos o con su pareja. Así consiguen restarle tensión a uno de sus momentos más decisivos.