Isabelle Dugelet, alcaldesa de La Gresle (Francia), ha emitido una orden que ha sorprendido a todos: nadie podrá morir en su pueblo los fines de semana. No es nada personal contra sus ciudadanos. El objetivo es denunciar la escasez de médicos en la localidad.

Según el diario francés 'Le Progrès', la orden, publicada el 6 de diciembre, precisa lo siguiente: "Nuestros habitantes tendrán prohibido morir en su domicilio los sábados, domingos y festivos hasta nueva orden". La alcaldesa ha indicado en un comunicado que la muerte de un vecino en la localidad "ha dado evidencias de la incoherencia del sistema, ante el que la alcaldesa responde con una orden absurda".

El pasado 1 de diciembre, Isabelle Dugelet tardó dos horas y media en encontrar un médico que constatase la muerte de un anciano en una residencia. Un acto obligatorio para poder comenzar todos los preparativos funerarios. "Cuando hay una muerte durante la noche, comprendo que un médico no se desplace hasta el día siguiente. Pero en pleno día, no lo entiendo. Creo que es humanamente inadmisible para la familia", ha argumentado la alcaldesa.

Tras la odisea que supuso encontrar un médico, Dugelet ha lamentado el tiempo que se perdió y la cantidad de personas que tuvieron que intermediar hasta que se logró dar con un médico. Ante tal suceso, ha ironizado sobre el asunto: "Si los problemas son cada vez mayores para tener un médico, o simplemente para recibir un tratamiento, será necesario elegir el momento de morir".

En declaraciones a 'Le Quotidien du médecin', la edil francesa ha denunciado que se ha vuelto imposible encontrar un médico en un radio de decenas de kilómetros. Además, ha añadido que la situación ha empeorado con la jubilación de un médico en septiembre y con la intención que tiene otro de hacerlo el próximo junio: "Se está gestando una catástrofe médica. Lo llevamos sabiendo mucho tiempo, pero no se ha hecho nada".

El área de guardia a la que pertenece La Gresle ha estado sin médicos durante varios meses. De hecho, fueron los propios médicos quienes solicitaron dejar las guardias en La Gresle para unirse al equipo médico de Amplepuis, una localidad cercana.