Eran poco más de las 4 de la madrugada cuando empezaron a desprenderse los primeros trozos de la infraestructura del escenario principal del Medusa Festival en Cullera, Valencia.

Ante la mirada de los asistentes, el viento iba arrancando partes del escenario, derribaba grandes placas y echaba abajo la portada que daba acceso al recinto.

En cuestión de minutos, las rachas de viento zarandeaban peligrosamente las torres de sonido y ponían en riesgo otras infraestructuras. Una tormenta rápida y violenta queha dejado un fallecido, un joven de 22 años, natural de Daimiel, en Ciudad Real, y más de 40 heridos, de los que cinco continúan hospitalizados.

Desde el Gobierno piden esclarecer los hechos. "Hay que ver si se tuvo que tomar alguna decisión que evitara lo que ocurrió", ha asegurado Félix Bolaños, ministro de la Presidencia.

El titular del Juzgado de Primera Instancia de Instrucción número 4 de Sueca ha abierto diligencias previas para investigar lo sucedido y solicitar informes periciales.

El Ayuntamiento ha declarado dos días de luto al tiempo que ha asegurado que todo estaba en regla y que el Festival contaba con "los permisos y garantías jurídicas y administrativas".

"Reiteramos que hay una investigación y que, por parte del Ayuntamiento, la autorización que se expidió estaba completamente ajustada a la ley", ha indicado Jordi Mayor, alcalde de Cullera.

Los aforos, la seguridad, el plan de evacuación... Desde el Gobierno autonómico solo tenían constancia de avisos por calor. "Los vientos racheados, en un principio, se alertaban más para la zona de interior", ha indicado Gabriela Bravo, consellera de Justicia, Interior y Administración Pública de la Generalitat Valenciana.

No obstante, unas horas antes del fuerte temporal, el viento ya se notaba en el recinto y en la zona de acampada con toldos y tiendas de campaña que acabaron por los aires.

Rápidamente se procedió a evacuar a las más de 50.000 personas allí concentradas. "La evacuación fue todo un éxito porque en menos de 40 minutos se desalojó a 50.000 personas", sostiene la Guardia Civil.

Esta tarde, los asistentes que todavía se encontraban en la zona de camping, han sido realojados en el pabellón municipal de Cullera. "Van a empezar a venir autobuses y nos van a devolver a nuestros destinos, pero no sabemos cuándo", explica un joven. La de ayer fue la primera gran noche de un festival que ya sido totalmente cancelado por culpa de lo que se conoce como reventón cálido.