En Irún llevan 20 años de bronca. Hay dos alardes: el tradicional, sólo con hombres soldado, al que jalea la mayoría del pueblo; y el mixto, que se celebra gracias al empeño de unas pocas y al que boicotean año tras año al grito de "fuera".

Son las propias mujeres las que luchaban porque otras mujeres no participaran, y cuando pasaban desfilando, les daban la espalda para ningunearlas.

Ahora en Irún, el alarde ha sido tranquilo pero 20 años después sigue el ninguneo a las mujeres: al desfile tradicional han ido 17.000 personas mientras que al mixto, sólo 1.000. Un ejemplo, los balcones: llenos para ver a los hombres y vacío con las mujeres.

Los tradicionalistas quieren a las mujeres mirando porque pero algunas se niegan a ser decoración: "Tenemos que llegar a un alarde único, que podamos disfrutar todos y todas las irunesas juntas", ha pedido una de las mujeres que desfila.

Patxi luchó hace 20 años por la igualdad en esta fiesta y gracias a eso, hoy puede desfilar orgulloso con su hija Nara. Los dos sueñan con la igualdad para que "las fiestas sean las fiestas del pueblo, pero para todo el pueblo". "O estar todos juntos o que los dos desfiles sean realmente iguales", ha sentenciado su hija Nara.

El alcalde, socialista, sólo ha asistido al alarde masculino.