El roscón es uno de los productos estrella de las Navidades, pero sus ingredientes no siempre cuentan con la calidad que deberían.
Y es que, como ha advertido el Ministerio de Consumo, la nata de los roscones de Reyes no siempre es nata de verdad. En ocasiones, la pueden sustituir por un "mix de grasas y aceites vegetales" donde "predominan las de palma de coco y otros mezclados con grasas hidrogenadas".
Para evitar que nos den gato por liebre, desde el Gobierno recomiendan seguir tres sencillos pasos:
- Comprueba que en la etiqueta aparezca la nata como ingrediente único del relleno. Se mostrará como un porcentaje del total del roscón.
- Debe estar hecha a base de leche de vaca y puede llevar azúcar y algunos aditivos y conservantes.
- Si contiene aceites de palma, de coco u otras grasas vegetales, no es nata.
Así se recoge en esta publicación que el Ministerio de Consumo ha compartido a través de su cuenta de Twitter: