Un paseo rápido por el centro de Madrid y cualquiera puede comprobar cómo se le ofrece un autobús turístico, un tour a pie, vender joyas o probar un perfume. Sin embargo, el ayuntamiento acaba de prohibir abordar a los viandantes con un fin publicitario.
Se acabaron los camareros cazaturistas o los relaciones públicas que te seducen con un chupito para que entres a su bar. José Manuel Calvo, delegado de Desarrollo Sostenible de Madrid, explica que "lo que se busca es evitar esas molestias".
Las multas por este tipo de actuaciones pueden llegar hasta los 1.500 euros, algo que resulta "desorbitado y descabellado" para los dueños de locales que utilizan este tipo de publicidad.
Y Madrid no es la única que toma medidas sobre la publicidad a los viandantes. En Sevilla, por ejemplo, se prohíben los flyers pero no acercarse a las personas, por lo que hay establecimientos que ofrecen una prueba gratis.
Por su parte, en Barcelona se puede hacer pero teniendo permiso y en la puerta de cada establecimiento, mientras que en Valencia no se regula esta publicidad ni se piensa hacerlo de momento.
Otro gasto más
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