El acoso empezó cuando Patricia se quedó embarazada de su primer hijo. Su jefe ni la mentaba, su nombre, cuenta a laSexta, era como "un tabú" y su responsable se refería a ella como "la chica esa".
Al volver de su baja maternal, le habían dado su puesto a otra compañera mientras que a ella la relegaban a un oficina con una mesa y una silla en un pasillo que anteriormente era un almacén.
Cuando tuvo un segundo hijo, de nuevo perdió su puesto y su despacho/almacén. La cambió a otra sala que antes también había sido almacén e hizo las obras mientras ella estaba dentro.
Los sindicatos consideran que se produjo caso de acoso machista, determinado por su condición de mujer y de madre. Fue entonces cuando Patricia denunció a Termocalor, una empresa de Vigo, y fue condenada a pagar 20.000 euros
Por toda esta situación, Patricia estuvo de baja por ansiedad. La sentencia, ratificada por el Supremo, es clara: "La finalidad del empresario era perjudicar la integridad psíquica del trabajador" y su actitud, destaca, "es constitutiva de acoso moral o mobbing'"
Cuando acabó su reducción de jornada para criar a sus hijos fue despedida, y es ahora cuando se ha celebrado un acto de conciliación para intentar que sea readmitida. Como la empresa y la trabajadora no han llegado a un acuerdo tendrá que celebrarse un juicio para dirimir si el despido es válido. laSexta ha intentado hablar con Termocalor, pero no han respondido.
En el 20% de los casos
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