Mario Díez Fernández es el abogado que ejerce la acusación particular en defensa de ocho mujeres, supuestas víctimas de los abusos sexuales del fotógrafo vasco Kote Cabezudo. "Hay muchísimas más", asegura el letrado en un vídeo que circula por Internet y que acumula ya más de 7,5 millones de reproducciones.
Se le imputan delitos de estafa, abusos sexuales y producción y difusión de pornografía infantil. Su caso lleva cinco años en fase de instrucción por delitos que se habrían producido desde los años 90 hasta 2013, justo cuando arranca la investigación judicial en San Sebastián, País Vasco.
'Esta magistrada que se ha negado reiteradamente a la retirada de la pornografía infantil, que se puede ver previo pago en Internet'
El abogado Mario Díez acusa a la juez que instruye el caso, Ana Isabel Pérez Asenjo, de falta de actuaciones tras cinco años de instrucción y ni siquiera el TSJ ha querido dar explicaciones a laSexta de por qué se está dilatando tanto el proceso en el tiempo.
El propio Mario Díez insiste: "Esta magistrada que se ha negado reiteradamente a la retirada de la pornografía infantil, que se puede ver previo pago en Internet". A su vez, la Fiscalía admite que queda parte de ese material pornográfico en servidores del extranjero y pide su retirada.
El abogado asegura además que hasta seis víctimas, incluido él mismo, han interpuesto ya tres querellas por prevaricaión contra la jueza Ana Isabel Pérez Asenjo. Las denuncias se derivan de las instrucción que está haciendo del caso.
Fuentes de la investigación confirman que Kote Cabezudo fue detenido en 2016, pero quedó en libertad después de que la jueza le impusiera una fianza de 250.000 euros.
En su vídeo-denuncia, el abogado Mario Díez va más allá e implica en el escándalo a altos cargos políticos pero lo hace sin dar nombres ni aportar prueba alguna: "En los abusos sexuales hay políticos y empresarios de inmenso poder que lo hicieron durante décadas".
Detenciones en Soria y Segovia
Dos detenidos por agredir sexualmente a migrantes atraídas con falsas ofertas laborales
Captaban a las mujeres en sus países de origen con falsas ofertas de trabajo a cambio de 300 euros al mes. Una de las víctimas fue encerrada en el domicilio del detenido y agredida sexualmente en reiteradas ocasiones hasta que logró escapar.