Abusar de la comida rápida no solo puede provocar problemas como la obesidad o la diabetes, también puede hacer mucho daño a nuestro hígado. Un estudio reciente muestra que este tipo de alimentos ya provoca más cirrosis que beber demasiado alcohol. Así lo confirma Gloria Sánchez Antolín, jefa de unidad de hepatología del hospital Hortega de Valladolid: "La comida rápida aparece como una amenaza para las enfermedades del hígado".
Según explica esta experta en medicina, "la causa de esta enfermedad es el depósito de grasa en el hígado, que produce un daño similar al del alcohol". De hecho, el abuso de este tipo de alimentos puede provocar cirrosis y aunque hasta ahora la enfermedad estaba relacionada con el consumo de alcohol en exceso, la obesidad o la diabetes, lo cierto es que estas grasas saturadas, los azúcares refinados y la sal son una bomba de relojería para nuestro órgano.
Según los últimos datos de medicina, en España el consumo de comida rápida ya se ha convertido en la primera causa de cirrosis por delante del alcohol. Por eso, y con el objetivo de evitarlo, la doctora Gloria Sánchez explica que su "control es fundamental" y la clave para evitarlo es "una dieta equilibrada".
Aun así, mientras la comida rápida no suponga una quinta parte de las calorías diarias, el hígado estará a salvo.