El juicio contra la asesina confesa del pequeño Gabriel ha comenzado este lunes. Ana Julia ha llegado con una imagen completamente nueva y entre fuertes medias de seguridad.

La acusación particular que ejercen Angel Cruz y Patricia Ramírez ha afirmado ante el jurado popular que Ana Julia Quezada mató a Gabriel Cruz "porque le estorbaba" y ha apuntado también un "móvil económico" ya que sabía que la abuela paterna del menor "tenía dinero".

"El móvil es doble; por una parte, económico y, por otro, le incomodaba la relación de Gabriel con su padre, lo que le llevó a un total desprecio por la vida de un niño de ocho años y es absolutamente incomprensible", ha trasladado.

El letrado Francisco Torres, cuya intervención ha seguido atentamente la acusada entre lágrimas y expresiones de sorpresa y disgusto, ha discrepado de la opinión de la fiscal, quien ha sostenido que el "móvil" es "aparentemente irrelevante", porque, según ha subrayado, "no cabe tanta maldad, ni hacer tanto daño a un niño".

Ha defendido, también frente al Ministerio Público, que Ana Julia Quezada actuó no solo con alevosía y premeditación al forzar los hechos un "día en el que el padre estaba ausente" sino que también se "ensañó" con el menor "aumentando inhumanamente el dolor para hacerle sufrir".

"Lo apaleas, lo ves balbuceando con vómito y, ahí, lo asfixias", ha asegurado con dureza para añadir que si "su pretensión era asfixiarlo, no le da la somanta de palos que le dio durante una hora".

Torres ha considerado "inaceptable" la tesis sostenida por la defensa de que fue una muerte "accidental" ya que Gabriel "estuvo cerca de una hora con posibilidad de salvarse de haber habido una simple llamada" y ha expresado ante los miembros del jurado popular que su sensación es que "lo quiso descuartizar" ya que "se negó a contestar al juez por qué lo desnudó para enterrarlo después".

"Se les fue de las manos después de que al tercer o cuarto día de búsqueda hubiese hasta 3.000 personas buscándolo y se le acumulaba la presión ya que desde el minuto uno todas las sospechas estaban sobre ella. Se preguntaba dónde lo meto, algún día van a venir y lo van a encontrar", ha dicho para cuestionar el arrepentimiento que aduce la defensa de Ana Julia Quezada e interpelar sobre qué "arrepentimiento" cabe si dijo: "os voy a dar yo 'pescaito' por mis cojones".

El abogado de Patricia Ramírez y Angel Cruz ha entrado al detalle para ilustrar la "frialdad y crueldad" de la procesada y ha preguntado al jurado si "podían imaginarse ponerse a pintar una puerta o a poner una lavadora después de matar y enterrar a alguien".

"Lo golpea hasta que lo mata y después se pone a fumar, porque lo ha dicho, y después a cavar el hoyo", ha afeado, al tiempo que ha destacado "la falta de escrúpulos brutal" con la que "dormía a diario con el padre del niño que había matado o animaba a diario a todo el mundo".

Al hilo de esto, ha tildado de "innecesario" el gesto de poner una camiseta del niño "a unos cuatro kilómetros de donde lo había sepultado para focalizar la búsqueda" o el afirmar en público que "iba a aparecer y que le iba a dar una coca-cola cuando sabía que lo había matado". "Llevo miles de juicios y jamás he visto tantas escenas de maldad con las que ustedes van a ver", ha concluido.

Tanto la Fiscalía como la acusación particular han relatado cómo Ana Julia golpeó, asfixió y después enterró al pequeño Gabriel, con detalles escabrosos que hasta ahora se desconocían, por ejemplo que Ana Julia Quezada intentó cortarle un brazo a Gabriel al deshacerse del cuerpo.