María Concepción Amaya no lo podía imaginar cuando llegó a España hace un año y medio.

Después de estar un mes ingresada en un hospital de Valencia, antes de comenzar su rehabilitación y al comprobar que no disponía de tarjeta sanitaria los médicos le dieron el alta forzosa, aunque sabían que su vida podía correr peligro.

A su hermana le dijeron que se hiciera cargo de ella durante las 24 horas de día porque al faltarle una parte de cráneo, al darse el más mínimo golpe en la cabeza podría fallecer, así que tuvo que dejar su trabajo.

Además, por su situación económica su hermana tuvo que suspenderle el tratamiento antes de lo indicado por los médicos, por no poder pagar los medicamentos.

María Concepción espera ahora que un gesto humanitario le conceda poder volver al quirófano y colocarse el hueso que le quitaron para realizar la operación.

Mientras está a la espera de que la Conselleria de salud se haga cargo de su situación, una asociación de Hondureños en Valencia ha empezado a recoger fondos para ayudar a esta joven compatriota.