Esta temporada ha sido muy buena para la trufa negra en Álava, tanto en calidad como en cantidad. La altura, el suelo y el clima son excepcionales para que crezca este hongo. La temporada de recogida de trufa negra se extiende desde noviembre hasta finales de marzo.

Hemos acompañado a Rodolfo Atauri a cazar trufas silvestres junto a sus dos perros, imprescindibles para esta tarea. "La trufa se busca principalmente por el aroma. Los perros tienen muchas más habilidades que nosotros", explica Atauri.

"Vas paseando con los perros por ciertas zonas que te suena que puede haber trufas y el perro va a ser el que te avise", cuenta este cazador de trufas.

Estos perros expertos en localizar trufa se entrenan desde muy jóvenes a base de juegos. "Les escondíamos un calcetín o un huevo Kinder y poco a poco iban apreciando el aroma y distinguiéndolos de otros olores", señala Atauri

Además de las trufas silvestres, en Álava hay 170 hectáreas donde se cultiva. Javi Txasko, de la Cooperativa de Trufa de Álava, afirma que esta tradición viene del pasado de la zona, que "es trufera por naturaleza", aunque confiesa que el año pasado se recogió mucho menos que este año.