Hasta 45.000 euros de multa podrían caerle al hombre que bajó corriendo a las pistas del aeropuerto de Barajas para no perder su avión. Pero se había equivocado, no era su avión y consiguió volver a la terminal y coger su vuelo. La Guardia Civil le tuvo que tomar declaración ya en su destino, en Gran Canaria.

Pensaba que perdía su vuelo, y no se le ocurrió otra cosa que colarse en un finger y saltar hasta la zona de estacionamiento de aviones. Aunque el 95% de las puertas de una terminal requieran tarjeta autorizada, el hombre logró llegar hasta allí por una de evacuación, tras romper un precinto contra incendios.

"Eso no significa que no estén controladas, están por supuesto muy controladas. En el momento de accionar una puerta de evacuación, salta una alarma sonora, y en la centralita del aeropuerto se activan los protocolos para ver qué ha pasado", ha explicado José Antonio Poyato, experto en seguridad aeroportuaria.

Al ver que no era su avión, el hombre volvió a la terminal y logró coger su vuelo a Gran Canaria. Sin embargo, la Guardia Civil ya lo tenía localizado y le tomó declaración al aterrizar. Los expertos en seguridad aeroportuaria han asegurado que en ningún momento hubo peligro.

"De todas las personas, tanto pasajeros como empleados, que acceden a esa zona de embarque, no portan ningún objeto prohibido, puesto que han pasado un control de seguridad", ha asegurado José Antonio Poyato.

Sin embargo, estando en nivel cuatro de alerta antiterrorista, creen que se podría hacer más. "Lo que queremos es que se refuercen las plantillas para que no ocurran cosas así", ha expresado Ramón Cosío, del Sindicato Unificado de Policía.

La imprudencia por las prisas puede llegar a costarle a este atrevido viajero, hasta 45.000 euros de multa.