Sus gestos inquietos les delatan, han pasado los últimos 15 meses preparando el temido MIR y los nervios se notan. Según un estudio reciente de la Universidad de Granada, estos estudiantes padecen estrés crónico y ansiedad durante todo el periodo preparatorio.

Una fuerte presión que se debe lidiar con una programación estricta: “No tocar ni un libro después de clase, es como si fuera un trabajo: ocho o diez horas de estudio y el resto para el descanso y por supuesto para el sueño que es muy importante dormir bien” afirma Eduardo Franco, director editorial de la academia AMIR.

Un sueño que vio cumplido hace un año Verónica. Ella fue la número 1 del MIR en 2013. Su truco para no acabar perdiendo los papeles: “Iba al gimnasio dos veces por semana y es algo que mantuve durante el MIR y me ayudaba muchísimo porque desconectas y descargas energía”.

Horarios fijos, deporte, un día de descanso para encontrarse con amigos externos al ámbito sanitario…cada uno tiene que buscar su fórmula mágica para aguantar. Y al final, poder decir eso de se acabó. Tan emocionante como poder empezar a ejercer como auténticos profesionales.