Tras un mes en huelga y en plena tripledemia, las enfermeras y enfermeros catalanes han vuelto a salir a la calle para reclamar mejoras laborales. Así, unos 3.500 profesionales del sistema público de salud de Cataluña, según estimaciones de la Guardia Urbana, se han manifestado de nuevo este sábado en el centro de Barcelona, un mes después del inicio de una huelga indefinida convocada por el sindicato Infermeres de Catalunya.
La protesta se ha iniciado en el Passeig de Gràcia de la capital catalana y los manifestantes portaban pancartas con mensajes como "basta de discriminación", "las enfermeras decimos basta" o "por un futuro con comadronas".
Laia Marsal, vicepresidenta de la organización sindical y enfermera de Pediatría en un centro de Atención Primaria, ha indicado a la agencia Efe que se manifiestan de nuevo para reclamar mejoras salariales y para que se les reconozca la categoría profesional que les corresponde. Alicia, enfermera en un CAP del centro de Barcelona, ha explicado por su parte que desde 2006 no se había firmado ningún acuerdo o convenio colectivo y que en los últimos años además han ido asumiendo más competencias que antes no tenían.
En este contexto, esperaban que el acuerdo del pasado 22 de noviembre sobre las condiciones de trabajo del personal estatutario el Instituto Catalán de la Salud (ICS) reparara esta situación, tanto a nivel de remuneración como a la hora de reconocer las nuevas asignaciones que están asumiendo, pero esta enfermera considera que no ha sido así. De hecho, tacha de "clasista y desigual" este acuerdo, puesto que "viene a reforzar esas diferencias".
El pasado lunes también iniciaron una huelga indefinida el colectivo de técnicos sanitarios en los centros del Instituto Catalán de la Salud (ICS), convocada en este caso por el Sindicato de Técnicos de Enfermería (SAE) y el Sindicato Estatal de Técnicos Superiores Sanitarios (SIETeSS).
Las protestas y huelgas sanitarias coinciden estos primeros días de enero con la epidemia de gripe y cuando las Urgencias y consultas de los centros sanitarios catalanes están abarrotadas de pacientes con gripe, COVID-19 y otros virus respiratorios.