Cada vez son más las pistas de hielo en las que podemos calzarnos los patines durante toda la Navidad. De hecho, numerosos ayuntamientos las instalan durante las fiestas. Entre ellos, el de San Feliu de Llobregat, en plena situación de preemergencia en Cataluña por la sequía .

Lídia Muñoz, portavoz del grupo municipal de San Feliu En Comú Podem, asegura que "está totalmente fuera de lugar que en plena emergencia climática y en una sequedad extrema, el Ayuntamiento opte por una oferta de consumo y oferta de ocio fuera de lo que estaría acorde con la realidad ambiental de nuestro país".

Porque para mantener una pista de hielo como la que se ha instalado en el municipio, insisten, hacen falta unos 25.000 litros de agua, del mismo que se destina al consumo humano en los hogares de la ciudad.

Según la Generalitat, la decisión de instalar o no este tipo de pistas de hielo es potestad de los ayuntamientos aunque Muñoz insiste en que "con el decreto de sequía en mano, es equiparable a llenar una piscina para luego congelarla", cosa que, matiza, está totalmente prohibido.

De ahí que propaguen la instalación de pistas de hielo sintéticas que, además de no gastar ni agua ni electricidad, son más seguras por el bajo riesgo de lesiones gracias al material con el que se fabrican.