En diez días el reloj de la Puerta del Sol marcará el fin de un año muy difícil, un año en el que el mundo que conocíamos saltó por los aires por una pandemia mundial.
La primera vez que laSexta Noticias habló del COVID fue el 18 de enero. Para entonces era una enfermedad lejana que pillaba en plena ignorancia. Los periodistas tratábamos de explicar lo que era, y los expertos le quitaban importancia, asegurando que la gripe tenía una mortalidad mucho mayor.
Sin embargo, el virus desconocido en España ya había causado estrago en China, donde se veía por primera vez un confinamiento en el siglo XXI.
Más de 15 millones de personas estaban enceradas en casa en el país asiático, pero en España veíamos el ejemplo con reticencia. El director del CCAES, Fernando Simón, reiteraba que se consideraba que no habría prácticamente casos de COVID en nuestro país, e Illa llamaba a la "tranquilidad".
Sin embargo, pronto empezábamos a contar que el virus se extendía por Asia y el 25 de enero ya hablábamos de casos en Francia y Estados Unidos. El mapa del mundo comenzaba a teñirse de casos, pero en España continuábamos esperanzados de hacer frente a la epidemia sin mayor problema.
Aún no había casos confirmados en nuestro país, y cada paciente sospechoso encogía el corazón. Por eso desde Exteriores decidían iniciar los trámites para que los 16 españoles que residían en Wuhan volvieran a España. Tras ello, tuvieron que pasar una cuarentena en el Hospital Gómez Ulla.
Sin embargo, poco más tarde los hospitales empezaban a prepararse. Cualquier paciente sospechoso tenía que separarse del resto, ponerse mascarilla y ser conducido a una zona de aislamiento.
Fue justo el último día de enero cuando ocurrió lo que toda España confiaba en evitar: un paciente había dado positivo en coronavirus. Aún no lo sabíamos, pero el drama no había hecho más que empezar.
Otro gasto más
La denuncia de los trabajadores sobre las cenas de Navidad: tan solo un 15% las pagan las empresas
Las cenas de empresa ya no son lo que eran. Los trabajadores se quejan de que estos eventos tienen precio de oro y que ya no los paga la empresa, sino que el dinero sale de su propio bolsillo.