En Rangún, la ciudad más grande de Myanmar, no se podían creer lo que estaba flotando sobre sus aguas estos días y que ha dado pie a todo tipo de teorías y especulaciones. Encallado y envuelto en la niebla, dibujando una silueta fantasmagórica, se hallaba un carguero oxidado que no tenía ni carga ni tripulación.

El Sam Ratulangi PB 1600, nombre de la embarcación que ha mantenido en vilo a los habitantes de Rangún, fue hallado por un grupo de pescadores que se encontraba trabajando en ese momento. ¿Qué había en su interior? Absolutamente nada.

Pero no, no se trata de un barco fantasma, sino de una concatenación de casualidades que hicieron de él una siniestra presencia en las aguas de Myanmar, donde quedó atrapado. El Sam Ratulangi estaba siendo remolcado por la Milicia Marítima de China, grupo de seguridad encargado del control de las aguas del Pacífico en Asia.

No obstante, a causa de del mal tiempo, la unidad policial se vio obligada a abandonar el carguero. Así, al menos, lo ha afirmado la Marina de Myanmar, que encontró "dos cables" en la parte delantera del barco e inició una investigación.

Las autoridades encontraron a escasos kilómetros de este carguero un barco remolcador. Al llegar allí, los tripulantes reconocieron que estaban llevando el Sam Ratulangi a una fábrica de Bangladesh para desguazarlo.

Lo curioso es que este carguero, construido en 2001 y con un tamaño superior a los 177 metros, no se había vuelto a ver en el mar desde 2009. Su falta de uso y su antigüedad habrían provocado que acabara teniendo ese aspecto tan fantasmagórico.