Los Stauffer, una familia norteamericanda muy popular en Youtube por documentar su vida con un bebé con autismo que habían adoptado en China, ha recibido una oleada de críticas por "devolver" a su hijo Hauxley de solo 4 años por su diversidad funcional.

Mayka Stauffer, la protagonista del canal y madre de familia, ha sido la encargada de confirmar lo que muchos ya sospechaban a través de un vídeo publicado en la plataforma. Ella asegura que han tomado la decisión debido a que el pequeño "tenía necesidades especiales" de las que no eran "conocedores".

 

"Una vez que Huxley llegó a casa había un montón de necesidades especiales de las que no éramos conscientes, y nadie nos había dicho nada. Durante años hemos intentado ayudarle. Es difícil escuchar según qué cosas de los médicos y ha sido muy doloroso para nosotros, porque no es lo que queríamos escuchar. Nunca quisimos estar en esta situación, y hemos intentado que tuviese todos los recursos y ayuda posible. Le queremos de verdad", ha explicado su marido James en el mismo vídeo.

Además, ha añadido que "con las adopciones internacionales siempre hay algo que se desconoce o cosas que no son transparentes en los informes". La familia no ha revelado el lugar donde ha ido el niño para proteger su privacidad y la propia Mayka ha señalado que se siente un "fallo como madre".

Las duras críticas a la familia han venido por el uso que han hecho del problema del niño, que se convirtió en el protagonista del canal de Youtube: la pareja publicaba todos los pasos que daba Hauxley, mostraron todo el proceso de adopción, su viaje a China para recogerlo y su vida cotidiana en casa.

Esta vida grabada les llevó a tener más de 1,5 millones de suscriptores en la plataforma de vídeo, con sus consiguientes beneficios, e incluso recaudaron fondos a través de las redes para financiar la adopción. Un beneficio económico que los fans de la familia no han perdonado tras conocer la noticia, que ellos mismos se han visto obligados a revelar después de que el pequeño desapareciera sin dejar rastro de sus redes sociales el pasado marzo.

El canal familiar ha borrado todo su contenido, una cuenta que ostentaba la friolera de 700.000 seguidores. "Ella fingió que el niño no existía durante meses y eliminó los comentarios de los seguidores preocupados", ha escrito la periodista norteamericana Sophie Ross, quien asegura que esta influencer "recaudó fondos para adoptar a un hijo, lo convirtió en su marca, descubrió que tenía necesidades especiales y lo reubicó en secreto".