Un avión lleno de pasajeros británicos con ganas de disfrutar de sus vacaciones en uno de los destinos favoritos para el verano, Tenerife, terminó siendo el escenario de lo que ya algunos han denominado "el vuelo del infierno". No fue por turbulencias o contratiempos externos, sino por una pareja de viajeros que provocó el caos a bordo y obligó a desviar el avión, que acabó aterrizando de urgencia en Portugal, concretamente en Lisboa.
El vuelo partía del aeropuerto John Lennon de Liverpool, donde dos de los pasajeros hicieron acopio de botellas de alcohol -que en los aeropuertos siempre son más baratas por estar libres de impuestos-. La pareja bebió cantidades ingentes de alcohol y ya subieron al avión algo perjudicados.
Una vez iniciado el vuelo, los trabajadores se encargaron de recordarles que estaba prohibido beberse esas botellas dentro del avión, y también tuvieron que avisar de que no está permitido fumar a escondidas en los baños. Pero la pareja siguió comportándose igual, como relata una de las pasajeras al diario 'Liverpool Echo'. "Lo siguiente que supimos fue que cerraron los baños de la parte trasera del avión porque encontraron colillas de cigarrillos allí", ha explicado.
Minutos después, el piloto avisaba de que se aterrizaría de urgencia en Lisboa y entonces, "la mujer comenzó a patear y amenazar a otros pasajeros". Finalmente, la pareja fue expulsada del avión.
Cuando una hora y media después el avión volvió a despegar, nadie dentro se imaginaba lo que estaba a punto de ocurrir. Otro hombre, que la pasajera describe "en estado comatoso", quiso ir al baño y cuando el personal le obligó a sentarse se orinó encima, en su asiento.
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Como relatan al citado medio, el personal de easyJet, la compañía a cargo del vuelo, se comportó de una manera "brillante y muy profesional", disculpándose constantemente por lo ocurrido. Así, al aterrizar finalmente en Canarias, todos aplaudieron.