Rajoy inicia la ronda de llamadas consciente de que su escenario ideal es prácticamente imposible. "Me gustaría que hubiera un gobierno de amplia base parlamentaria", ha señalado el dirigente popular. Con el PSOE descartando día tras día esa posibilidad, los integrantes del PP intentan ya estrechar otros lazos.

"Sólo le pido a Ciudadanos una cosa: la misma predisposición que con el PSOE", ha considerado Fernando Martínez Maillo, vicesecretario de Organización del PP. En Ciudadanos, mientras, afinan posturas. Girauta ha puesto sobre la mesa un acuerdo evaluable a los dos años con una moción de confianza.

Una idea que ha sido descartada poco después desde su propio partido. "La posición del partido en ningún caso es plantear eso como una posibilidad", ha señalado José Manuel Villegas, portavoz de la formación naranja.

En busca de los votos que necesita para la investidura, los guiños del PP alcanzan incluso al PNV. "Es una fuerza política nacionalista pero aporta sensibilidad territorial", ha considerado el presidente del PP vasco, Alfonso Alonso. Apoyos que acercarían la investidura de Rajoy, pero que la dejarían nuevamente a la espera de un gesto de los socialistas.

Susana Díaz cree en cualquier caso que no es el PSOE el que tiene que arreglarle la papeleta a Rajoy. Es a él, dice, al que le toca batirse el cobre. "Rajoy no puede esperar que le lleven los votos a la tumbona", ha opinado la secretaria general del PSOE en Andalucía.

De la ronda de llamadas que anunció Rajoy solo consta una al presidente del gobierno canario. Ha servido para cerrar la primera toma de contacto, el martes que viene con representantes de coalición canaria.